Jeyken corriendo velozmente por los pasillos de la residencia de Vongola llego al hospital de Vongola, el cual era una gran sala toda pintada de blanco, con varias camillas y llenas de doctores y portadores de la llama del sol los cuales al ver que Jeyken me llevaba directamente me llevaron a una camilla donde se pusieron a terminar la curación y después de un rato mis heridas ya se habían curado.