Eran aproximadamente las 5, un horario donde los movimientos en la familia eran comunes, tan comunes como extraños: gente que viene y que va, hombres volando, llamas de última voluntad que vuelan por todos lados, hombres amordazados que salen de los autos, cosas así.
Como primer trabajo en la mafia, a Taiga le encomendar proteger un pequeño negocio que se encuentra dentro de la residencia de Vongola. Era un comercio atípico, donde se vendían diversos objetos (desde armas hasta elementos de construcción) los cuales son los básicos para comenzar la vida en una mafia: El arma, la fuente de poder de todo mafioso.
Llegando tarde, como siempre, Taiga observa a una señora barriendo de aspecto como el de una abuela, por lo que se le acerca y le comienza a platicar -Disculpe señora, ¿Ustéd solicitó protección? Pués no espere más, ¡Taiga ya está aquí!- dijo de manera efusiva y divertida, mientras miraba a esa anciana a los ojos esperando su respuesta.